APCS por Guillermo Carrera**. Cristina tenía razón
A 10 años de la partida de su compañero de vida, complemento y apoyo político incondicional, y a un año de la “licencia que se tomó la historia” para demostrarnos que Hugo Chávez estaba en lo cierto cuando dijo..” Los hombres como Néstor no mueren, cierran los ojos y se quedan velando”, Cristina nos demuestra que sigue siendo el faro de nuestros sueños y poniendo el cuerpo por su pueblo cuando es necesario.
Además de ser una estadista de magnitud histórica y global, fue parte de las decisiones que tomó en su momento Néstor Kirchner, el hombre capaz de cambiar una época y como vemos hoy, él también en las de ella más allá de su desaparición física, como “almas gemelas”. Su versatilidad increíble la convierte en un cuadro político único, sea mediante un video, un libro o una carta, marca la agenda del pueblo y pone los puntos sobre las ies.
En este sentido, como alguien que se siente “soldado del pingüino” y de la “compañera coraje”, como la bautizó el propio Néstor, “ les “Presidentes Bicentenarios”, siento la necesidad de compartir mi mirada sobre la carta que escribió Cristina hace unos días, con el objetivo de aportar una perspectiva más al debate.
Como primer punto establece una fecha tan cara como el 27 de octubre para ponerle punto final a la vieja discusión sobre “las formas” que ella tenía de conducir la política como el mal de todos los males y dejar en claro de una vez por todas que el problema era de intereses y no de formas. Un mensaje para todos los machirulos de adentro que por creer en el discurso de los medios de comunicación del poder real o por mezquinos intereses personales ayudaron a convertir un objetivo del establishment en profecía autocumplida. Los mismos que se rasgaban la vestiduras pidiendo “autocrítica” y “baño de humildad”, hoy, después de un año de sobradas pruebas que dan la razón a Cristina, deberían estar haciendo cola para pedirle perdón.
Fueron los responsables de que cristina no sea hoy nuestra presidenta. Espero que tengan la grandeza de reconocer que gracias a ella estamos recuperando el camino de la esperanza. Tanto “las formas de cristina”, como por ejemplo el famoso mal llamado “cepo al dólar”, como “el fraude de Evo” en las anteriores elecciones, fueron mentiras armadas para interrumpir los procesos emancipatorios de los pueblos de la Patria grande. Nunca les creí, ni les creeré y la victoria aplastante del MAS en este último proceso electoral y el análisis de nuestro primer año de gobierno son pruebas más que contundentes de esas mentiras.
Segundo punto. Hay un acuerdo con el pueblo que hay que respetar y no puede depender de “funcionarios que no funcionen” sino de las acciones de gobierno que conduce nuestro presidente. Él es el que comanda el barco. Seguro que pueden haber errores o dilaciones, mientras no sea algo urgente y más si le sumamos al país “derrumbado” que nos dejó Macri esta terrible pandemia mundial, lo que no puede haber es continuidad del neoliberalismo, o cambio del actual rumbo de recuperación.
Tercer punto. Dentro de la construcción de identidad y de la identificación de intereses, no solo tenemos problemas con el “desclase” y “reclase” de los sectores populares en el marco de la batalla cultural. Esta batalla la estamos ganando, por eso volvimos al gobierno a pesar del gran poder internacional, los cipayos internos y los multimedios opositores. El problema se nos genera con uno de los actores centrales en este necesario “gran acuerdo nacional” para lograr consolidar el proceso emancipatorio comenzado en 2003, o por lo menos para garantizar un modelo de inclusión y razonable autonomía, “los empresarios nacionales”.
Estos muestran una oposición irracional al kirchnerismo que no se condice con el análisis de sus
ganancias durante estos gobiernos y por la magnitud de su influencia y su comportamiento, Cristina los definió como una de las “verdaderas y más grandes dificultades para encauzar definitivamente a la Argentina”. Si el problema fuera que no existen “grandes empresas nacionales” sino meras filiales o proveedoras globales de transnacionales, la solución solo podrá ser abordada desde un cambio de paradigma en la estrategia internacional, o por lo menos una más cercana a la llevada a cabo actualmente por el gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Cuarto punto. El objetivo de la última dictadura militar, la experiencia de los 90 y el corto pero letal periodo de 4 años de Macri y hoy desde la oposición, fue y es frenar un potencial modelo de desarrollo con independencia económica, soberanía política y justicia social capaz de cuestionar sus intereses y a la vez imponer los suyos como el interés general. Este neoliberalismo generó cambios en las condiciones materiales de nuestro país que debemos identificar y modificar para lograr el giro de 180 grados que demanda esta etapa. Comenzó de la mano de Martínez de Hoz con el nacimiento de una cultura “bimonetaria” y la imposición de una deuda externa de magnitud suficiente que les permitiera inmiscuirse en las políticas económicas del estado y condicionar el rumbo económico. Se profundizó en los 90 vendiendo las joyas de la abuela, reprimarizando, extranjerizando y fugando capitales y después de los 12 años y medio de recuperación de un modelo nacional popular, democrático y feminista, de inclusión e igualación social basado en la producción y el trabajo, el Macrismo, cumpliendo el mandato del circulo rojo en tan solo 4 años “demolió”, “arraso” lo que tanto nos costo construir y recreó las históricas condiciones de saqueo, fuga y deuda. Es en este marco que debemos entender el tema dólar.
Hoy Cristina lo dice bien claro, a pesar de la exitosa reestructuración de la deuda que nos permite cierta autonomía frente a los capitales financieros internacionales, la cultura bimonetaria les otorga una herramienta formidable a los extorsionadores de adentro. Y si bien hoy trasciende a las clases sociales la demanda de dólares, esta es nuestra debilidad, no es lo mismo cuando hablamos de los beneficiarios de las devaluaciones. Aca si es cuestión de clases, sólo especuladores y exportadores ganan. Pero lo central es que en el marco de la actual estrategia nacional del “gran acuerdo”, vemos que la pata empresarial orientada al mercado interno no tiene el volumen suficiente y está atravesada por problemas “psicológicos” o prejuicios con el kirchnerismo y que debemos incluir en la mesa de negociaciones a los poderes mediáticos. Estamos ante un desafío que requerirá un gran esfuerzo de negociación y tomar decisiones fuertes para resolverlo.
Hasta aquí me referí a la carta de Cristina, ahora quiero dar mi mirada sobre lo que debería ser la respuesta de Alberto a esta carta, más allá del agradecimiento que le confirió oportunamente. Incansablemente Alberto Fernández viene declarando, desde la campaña electoral, que él encontraba a Cristina más abierta y reconociendo sus errores y que eso le permitió recuperar a una gran amiga que no piensa volver a perder. Que ella reconocía como uno de estos errores el no haber hablado más con los grandes empresarios, a pesar que todos somos testigos de cuando ella los convocaba al diálogo pidiendo “hablar con los titulares” y no con los suplentes, es decir que ellos eran los que no querían dialogar. Y él basó su diferencia estratégica en el diálogo con el poder. Hoy a la luz de los hechos creo que debería reconocer que Cristina tenía razón y admitir que fue él el que se equivocó al haberse distanciado de ella en pleno conflicto de la 125 en 2008.
Y que si bien tiene buena comunicación con Cristina, ante la confirmación de su error de diagnóstico sería muy conveniente para todos que vuelva a evaluar los próximos pasos a seguir con una mayor consulta a ella. Y de ser posible priorice una perspectiva transgresora como la de Néstor por sobre su mirada institucionalista, ya que las instituciones hoy en día continúan muy viciadas por el macrismo y va a ser casi imposible avanzar si no hay cambios profundos en este sentido.
Por último, quiero reiterar mi diferencia táctica y estratégica con la elección de las prioridades de
disputa del gobierno nacional. Sigo sosteniendo que además de priorizar el tema deuda y reconstrucción del estado , fue un error empezar la tensión con la reforma judicial sin acompañarla
simultáneamente con un avance sobre la Ley de medios. El mayor escollo para una democracia real y para la libertad de los pueblos son los medios de comunicación cooptados como herramienta
estratégica del poder global en esta etapa. Y más teniendo en cuenta la oportunidad que significa aprovechar el momento de mayor capital político de un gobierno en sus primeros tiempos de mandato.
A mi entender los casos de Vicentín, el motín extorsivo policial, la toma de tierras en Guernica, etc.
podrían haber tenido un desenlace distinto sin la libre conspiración mediática. Además no tendríamos que tener que aguantar a este sector sentado en la mesa de negociación del acuerdo nacional. Aunque este último punto tiene una doble interpretación. Por un lado no pudimos sacarlo de la negociación pero por el otro pudimos correrlo de su lugar de poder en la sombra, por sobre la ley y traerlo a la luz del debate en la sociedad.
Lamentablemente cada error nuestro nos cuesta caro, los centenares de muertos en la plaza del 55, los 30 mil compañeros desaparecidos en los 70 y hoy los 30 mil muertos por las balas invisibles de covid19, como suele decir Alberto, que los “rompe cuarentena mediáticos” aumentan día a día, son la triste confirmación.
Pero por otro lado nunca es tarde para corregir errores y siempre hay marchas y contramarchas cuando se recorren nuevas sendas y más en este momento tan especial para nosotros y para el mundo. La carta de Cristina es el punto de inicio del “gran acuerdo nacional” que va a marcar a este gobierno en la historia. De cómo sea recordado dependerá de los acuerdos resultantes.
Parafraseando a nuestro querido German Abdala: “lo importante no es quien se sienta uno, y más si tiene responsabilidades institucionales, sino que es lo que sale a decir después”. Si va a ser un gobierno de transición o la continuación de los 12 años y medio lo sabremos en estos tiempos. Y para cerrar me quedo con las palabras tan conmovedoras, con lágrimas y esperanza, de nuestro
compañero presidente Alberto Fernández en la conmemoración de los 10 años de Néstor y el primer año de nuestra vuelta, “yo voy a honrar el compromiso asumido con mi pueblo en la campaña electoral y voy a continuar el proyecto que inició Néstor y profundizó Cristina” y aquí recordaría el pedido de Néstor antes de su partida y que el pueblo leal tomó como mandato irrenunciable …”cuídenla, cuiden a Cristina que vienen por ella y por todos!!
*Secretario General Adj. de FeTIA-CTA Zona norte
*Relaciones Institucionales del Frente Grande San Isidro.