APCS por Jorge P. Colmán. Historia sobre los boletos del FFCC Belgrano Norte
Los primeros boletos (pasaje de tren) del FFCC Central Córdoba (hoy FFCC Belgrano Norte) que se recuerden eran del estilo «boleto de colectivo o tranvía», que se cortaban en la boletería a pedido de cada pasajero. De estos no tenemos imágenes, pero no descartamos que algún club ferroviario los tenga.
En los «apeaderos» de los km 34 (Ingeniero Pablo Nogues), km 36 (Grand Bourg) y km 38 (Tierras Altas) no había boletería, por lo cual al subir los guardas hacían el boleto en forma manual, desde un talonario que se entregaba al pasajero.
Luego de ser FFCC del Estado y posteriormente FFCC General Belgrano Norte, había tres tipos de boletos, eran de dos colores para los pasajeros diarios del ramal Retiro-Villa Rosa y existían los boletos de la «Familia Ferroviaria» que eran de color marrón.
Los que estaban divididos al medio (en blanco y naranja), ya sea vertical u horizontal eran los que se podían utilizar de ida y vuelta. Los “guardas”, “picaban”, con una especie de sacabocados, el lado que correspondía en cada caso para que estos no volvieran a ser utilizados.
También estaban los boletos blancos que sólo servían de ida en su recorrido correspondiente.
Todos los boletos eran de un cartón duro y tenían un número de serie que lo identificaba.
Los boletos de la «familia ferroviaria» raramente eran picados por los guardas y según recuerda José Hernández (Ferroviario de Grand Bourg) si no eran picados te podía servir hasta cuatro días después de emitidos.
Para saber las fechas, en el lugar de emisión se imprimían a presión en la parte posterior (que quedaba en blanco) y que era visible para el control durante el viaje o en los “molinetes” de salida.
La picardía de aquellos que querían “reutilizar” el boleto era “planchar” la fecha de impresión y lograr de esa manera un nuevo boleto “gratis”. Eso si, no debía estar “picado” por los “guardas”.
Existía por ese entonces, durante el viaje “los canchos” que eran inspectores y que si te agarraban con los boletos adulterados o sin ellos te aplicaban una multa por la infracción. El apodo de «chanchos» viene de las formaciones de carga, donde los guardatren viajaban en el furgón de cola, con lo cual se ganaron el nombre de «Bola de Chancho» que simplificado con el tiempo quedó simplemente como «Chanco».
Los boletos que eran de otros ramales del FFCC Belgrano Norte y que viajaban más allá de Villa Rosa estaban identificados con una banda central o vertical de color, tal cual podemos ver en las imágenes de abajo.
Los boletos eran objeto también de colección, Natalia Canaria nos recuerda loa «Capicua». Estos eran boletos que en su número de serie eran idénticos al revés y al derecho en sus últimos dos números. Para los niños eran parte de juegos como la «arrimadita», muy similar a las bochas o contra la pared, o el «Chupi» donde la habilidad con las palmas lograba darlos vuelta.
Posteriormente y ya con la modernidad, los boletos fueron impresos en las boleterías y fueron adquiriendo una apariencia mas actual, muy lejos de esos cartoncitos antiguos que muchos atesoraron.
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