APCS por Jorge Colmán. Estallan las contradicciones internas de Juntos por el Cambio ante el balotage
La historia de Juntos por el Cambio y las heridas que nunca se cerraron han llevado a lo que parece ser un cisma en la derecha argentina. Mauricio Macri siempre dirigió el espacio opositor como un gerente de empresa, tratando a su propio espacio y a los radicales como socios de menor importancia. Este trato dejó a los radicales sintiéndose humillados, ya que habían puesto su estructura nacional, sus gobernadores e intendentes, todo para convertirse en el apéndice del poder macrista que concentraba el poder y tomaba las decisiones políticas.
Dentro del PRO, un partido que se originó a nivel municipal en la Ciudad de Buenos Aires, logró luego expandirse a nivel nacional y llegar al poder presidencial. Sin embargo, las heridas provocadas por las derrotas electorales abrieron divisiones internas que estallaron dentro del propio partido. Tanto Rodríguez Larreta como María Eugenia Vidal sufrieron el desdén por parte del líder del partido, quien no escatimó esfuerzos ni recursos para debilitar a aquellos que se atrevían a cuestionar sus decisiones.
Balotage y la motosierra de Milei
Después de la derrota electoral de Juntos por el Cambio, que en un principio parecía ser el sucesor del gobierno encabezado por Alberto Fernández, Mauricio Macri y Patricia Bullrich tomaron la decisión de apoyar a Javier Milei de manera discreta. Durante una reunión secreta entre Macri y Milei, se acordó cerrar el respaldo por parte del antiguo líder de Juntos por el Cambio.
¿Mauricio Macri no midió las consecuencias de su apoyo? Totalmente, ya siendo Patricia Bullrich candidata apoyó bajo cuerda a Javier Milei. También sabía del enojo de amplios sectores del radicalismo y la Concertación Cívica. Los radicales fueron insultados durante toda la campaña por Milei: «Viejos Meados», «Coimeros», «Casta» y hasta el insulto a la figura de Raúl Alfonsín fueron parte de la motosierra sobre el partido centenario. Mauricio Macri nunca condenó los insultos a los radicales, mas bien asintió con su silencio.
Los radicales del interior tienen dos posturas, los del norte que salieron a apoyar a Sergio Massa y desde el Partido señalaron «que ni a uno ni a otro». Los gobernadores de la UCR quieren decidir pero no tanto, temen que Sergio Massa ya es presidente y quieren negociar, lo mismo con los intendentes de la Provincia de Buenos Aires, luego de la aplastante victoria de Axel Kicillof. La UCR amenaza con separarse del PRO y tomar distancia de Mauricio Macri.
Es interesante observar cómo diferentes líderes políticos están buscando posicionarse y definir sus estrategias en este escenario. Juan Schiaretti, desde su posición en el cuarto lugar en el balotaje, está explorando la posibilidad de formar parte de un nuevo espacio opositor alejado de Mauricio Macri. Es comprensible que algunos líderes políticos tomen distancia de ciertos candidatos o figuras públicas si consideran que esto podría fortalecer su propia imagen y estrategia electoral.
Por otro lado, Rodríguez Larreta ha manifestado su no apoyo a Milei, y parece estar buscando consolidar su liderazgo dentro de lo que queda de Juntos por el Cambio. Es común que en momentos de redefinición política, los líderes expresen sus discrepancias y críticas hacia otros actores políticos, incluso aquellos con quienes han trabajado anteriormente.
Se proyecta entonces una reconfiguración política en el ámbito opositor. Es cierto que es común que, en momentos de cambios políticos, se produzcan alianzas y realineamientos entre diferentes partidos y líderes. La conformación de nuevas coaliciones puede ser una estrategia para fortalecer y ampliar las bases de apoyo o defenderlo en caso de un avance de Unión por la Patria.
La posibilidad de una alianza entre Macri y Milei podría tener como objetivo unir fuerzas en torno a una agenda económica neoliberal. Sin embargo, es importante recordar que cada uno de ellos tiene intereses y objetivos políticos diferentes, por lo que es difícil predecir si se llevará a cabo una alianza formal entre ellos.
Por otro lado, una potencial alianza entre la UCR, CC, Larreta y Schiaretti podría representar una opción más moderada y centrista dentro del espectro opositor de derecha. Estas fuerzas políticas podrían buscar generar un espacio más amplio y diverso, apelando a diferentes sectores del electorado enojados con la decisión de Macri y las posturas de Milei.
En cuanto a los intendentes de la Provincia de Buenos Aires, es posible que algunos busquen alinearse con Axel Kicillof, el actual gobernador, como una estrategia para mantener su poder político y asegurar su supervivencia ante la implosión de Juntos por el Cambio. La capacidad de adaptación y búsqueda de nuevos espacios de poder es común en la política, especialmente en momentos de cambio y reajuste.
Muchos libertarios (neoliberales) ven como sus ideales fundamentalistas no tienen sustento en este balotage y el espacio de Javier Milei se puede ir licuando por las contradicciones internas, Milei esta cometiendo muchos errores y el costo político de seguir con esta aventura puede costarle todo el esfuerzo que lo tuvo como protagonista en las PASO.
