Más de un centenar de vecinos y organizaciones participaron este domingo de un encuentro en la plaza El Talar para exigir que se esclarezcan los casos de femicidio y asesinatos en el distrito.
Los picnics y mateadas en la Plaza El Talar, en el partido de Tigre, tuvieron ayer un componente distinto. En una calurosa tarde de otoño, este fue el escenario para el festival “Basta de impunidad en Tigre”, organizado por familiares de víctimas, vecinos, organizaciones sociales y políticas. “Mica tenía esto en su personalidad: juntar siempre mucha gente y amigos. Ella era esto, vida y alegría”, dijo entre lágrimas Julia Ibarra, la mamá de Tamara Micaela López, asesinada en enero en el barrio de Las Tunas. El crimen, aún no esclarecido, fue un punto de inflexión entre los vecinos, que comenzaron a organizarse para exigir Justicia y visibilizar los femicidios y casos de violencia institucional en el distrito.
“Cuando pasó lo de Tamara fue como un despertar. Hasta ahí yo era una loca con una pancarta. Pero ahora, después de más de diez años, me comprometo con esta lucha porque desaparecen continuamente chicas, por lo general pobres”, definió Graciela Altamirano. Su sobrina, Viviana Altamirano, desapareció en 2004 en Las Tunas. “Tardaron dos meses y medio en hacer un allanamiento. Hay una Justicia que prejuzga a la víctima. Te dicen que se fue con alguien, que se metió en una secta, cualquier cosa. No hay un registro de víctimas de trata, todo queda invisibilizado como búsqueda de paradero”, advirtió.
Con la bandera pidiendo “basta de femicidios” de fondo, varias bandas locales subieron al escenario para musicalizar el encuentro. “Estamos acá en apoyo a la causa, hay cosas que ya no pueden estar sucediendo”, gritó el cantante de La Sonora Chimichanga, antes de darle paso a sus pares de Namuncurá. En tanto, se agotaban las facturas en el buffet, organizado para recaudar fondos para continuar con la lucha y para ayudar a Eugenio Fernández -padre de Nancy y abuelo de Micaela, víctimas de femicidios en Tigre-, ausente por problemas de salud.
De tanto en tanto, los bailes y la música se interrumpieron y el micrófono quedó en manos de padres de jóvenes asesinados en el distrito. Como Diego García, que apareció muerto en la Comisaría Primera de Tigre, donde los oficiales argumentaron que se había ahorcado con su propio pantalón. “La policía trata mal a los chicos. Parece la dictadura. A mí me mataron a dos hijos en siete meses y la causa de Diego fue cualquier cosa”, reclamó su papá, Roberto García. También alzó la voz Roberto Cardozo, padre de Lucas, atropellado por un sargento de la Bonaerense en 2007. Según denunció, al joven le armaron una causa para beneficiar al efectivo.
Sentada en uno de los bancos de la plaza, María del Carmen Ferandini sostenía una pancarta por el crimen de su nieto, Maximiliano Zuchi, en junio pasado. “Tengo el mismo dolor que tienen todos acá y quiero que se aclaren los crímenes que hubo últimamente en Las Tunas”, planteó la mujer, que se encargó personalmente de rastrear a los asesinos de su nieto y aportar los datos a la fiscalía. Hasta el momento, sólo uno de los tres sospechosos está detenido. Se recordó Viviana Altamirano (Desaparecida), Sergio Gabriel Lorenzini, Nancy y Micaela Fernandez, Alexandra Ramirez, Lucas Carzozo, Ana Maria Martinez, Diego García, entre tantos vecinos asesinados.
Participaron del festival familiares de victimas de inseguridad, vecinos, organizaciones sociales y políticas.
Otro asesinato en Las Tunas
Ayer, mientras se realizaba el festival “Basta de impunidad en Tigre”, una familia del barrio de Las Tunas despedía a uno de sus integrantes. Mario Molina, de 46 años y padre de tres hijos, fue asesinado el jueves por la noche, en el interior de su casa. Lo mataron a sangre fría, vino de trabajar como a las siete de la tarde, a las nueve salió al patio de su casa y recibió un tiro.
Por Luciana Rosende
