Por Ivanna Attie para APCS. Un hombre intercepta a las jóvenes en las calles céntricas con propuestas extrañas. Los detalles hacen sospechar que se trate de un posible violador o secuestrador.
A través de una denuncia hecha en un grupo de facebook orientado a miembros de la ciudad de Grand Bourg, se hizo pública la existencia de un hombre que frecuenta el centro y lugares concurridos de la localidad e intercepta y sigue a las chicas jóvenes en la calle con ofertas de trabajo extrañas, insistiendo en llevarlas con él a algún lado u obtener sus datos.
Con el caso de Daiana García tan latente, y con tantas otras Daianas que nos siguen doliendo, parece ser que este tipo de personas con fines poco claros pero presuntamente turbios siguen dando vueltas. Las chicas de Grand Bourg que fueron acosadas por este hombre decidieron hacerlo público para evitar que le suceda a alguien más.
Todas coinciden en la descripción física de este acosador: es un hombre mayor, de 40 a 50 años, bien vestido (en este sentido una de las chicas manifiesta que su vestir no delata que se acerca a molestarlas o perseguirlas), alto, medianamente delgado y con pelo rubio canoso.
Florencia Tello (20), cuenta que en este verano, mientras caminaba al mediodía por el centro de Grand Bourg, se le acercó este hombre siguiéndola desde atrás. Le preguntó si ella trabajaba en un local de ropa de la zona. Florencia le dijo que no, e intentó alejarse pero el tipo se le puso delante y le cortó el paso. Continuó hablándole, diciéndole una historia sobre un amigo de él que tenía un negocio de ropa y necesitaba una empleada en modo urgente, que pagaban mucho dinero, que si a ella no le interesaba trabajar. Florencia siguió negándose ante la insistencia del hombre, y aprovechó que pasaba otro transeúnte para caminar rápidamente detrás suyo y alejarse, asustada ya que la calle estaba desierta en ese momento. Al rato y fuera de peligro, reconoció en dicho hombre al mismo que alrededor de un año antes y por otra calle del perímetro, le había hecho la misma extraña propuesta en la calle pero para trabajar en una casa de créditos que ella corroboró que no existía.
Soledad R. (23), pasó por la misma experiencia a fines del año pasado. Un hombre de exacta descripción la interceptó por la calle Beiró cerca de la estación con la misma pregunta de si ella trabajaba en un local de ropa, y ante su negativa, comenzó a contarle que era dueño de varios locales en Don Torcuato y que le ofrecía un empleo con muy buen sueldo. En su insistencia, la siguió varias cuadras hasta la rotonda de Grand Bourg, pidiéndole un teléfono para contactarse con ella dado que se negaba a charlar con él. Sin saber qué hacer para que la deje en paz, Emma le dio un número falso y se alejó rápidamente. Dice que lo vio subir a una camioneta estilo 4×4 color negro.
Bárbara F. (21) también padeció el acoso de este individuo iniciado con la misma pregunta cuando esperaba a una amiga en la estación de Grand Bourg, en el mes de diciembre de 2014. Destaca la insistencia del hombre para que acepte ir con él a tomar un café en la estación de servicio cercana para hablar de un trabajo en su local de Torcuato. Sólo pudo librarse de él diciéndole que ahí llegaba la persona que ella esperaba, cosa que le permitió que el sujeto la deje alejarse. Bárbara agrega a la descripción física que el hombre en ese momento llevaba anteojos.
Cuando una de las chicas publicó en el grupo de facebook alertando a la población sobre este hombre, al menos otras 5 jóvenes manifestaron haber pasado por la misma situación en el mismo área de la localidad, y reconocer que factiblemente es el mismo hombre por la descripción que hay de él.
Florencia también cuenta varios episodios de acoso callejero que sufrió en los últimos años de parte de hombres, en la zona. Explica que a veces la ayudaron otros ciudadanos, y que en una ocasión le pidió ayuda a un policía pero que éste sólo le tomó la descripción del acosador y la pasó por radio. Y dice que con este hombre que ofrece trabajo en la calle, una chica con muchas necesidades y con menos información acerca de los peligros de la calle, puede llegar a terminar mal.
Todas las mujeres que denuncian esta situación, tienen características físicas similares: tienen alrededor de 20 años (y bien pueden pasar por tener menos edad), son de contextura pequeña o delgada, y son atractivas acorde a los estándares sociales. Resulta evidente que este hombre desconocido elige a quién se va a acercar con su historia de la tienda de ropa.
Por si hiciera falta, aclaro que más allá de la insistencia y la persecución, de la actitud de este individuo que alertó a las chicas en su momento, todas fueron capaces de ver lo extraño de la situación y fue eso lo que las asustó. En los tiempos que corren, donde tantas personas buscan trabajo activamente, si uno busca emplear a una persona basta publicar un aviso en los portales web de empleo, en los diarios, o incluso recurrir al clásico cartel impreso pegado en algún poste para que se contacten personas interesadas.
Lo inverosímil de un empleador buscando empleadas por la calle e instándolas a aceptar ir con él o darles su teléfono es lo que evidencia la existencia de algún fin más oscuro en sus intenciones. La estrategia de iniciar el contacto fingiendo reconocerlas de trabajar en otro local, también apoya la teoría de que se trata de algo turbio. Si uno mira a las chicas que trabajan en dichos locales de venta de indumentaria, la mayoría tienen el perfil de las jóvenes interpeladas por este acosador, lo que hace suponer que quizá con esa frase pueda captar la atención de alguna mujer que en efecto trabaje en los locales del centro de la ciudad y realmente crea que el tipo la vio allí.
También producto de la publicación hecha en las redes sociales, Melina G., de Del Viso, contó que pasó por una experiencia extraña con un hombre que la contactó a su facebook personal ofreciéndole empleo en un local de ropa. Éste le dijo ser dueño de muchos locales conocidos del shopping Palmas del Pilar, y también de muchos otros varias localidades. Melina asistió a un encuentro con este personaje, pero fue acompañada y no notó nada raro. Después de eso, ella constató con gente que trabaja en el shopping antes mencionado que muchos de los locales que nombraba no existían. El tipo se contactó con ella nuevamente diciendo que iba a hacer una gira y que quería llevarla con él a los eventos. A Melina esto le pareció sospechoso, dejó de responder y bloqueó el perfil del hombre. Ella describe al sujeto como un hombre de mediana edad, algo gordo y con el cabello rapado.
Las chicas que se prestaron a ser entrevistadas y contar su experiencia han tenido la suerte de que sólo sea un mal momento del pasado. Pero no debería siquiera haber ocurrido. Sería bueno que las autoridades investiguen este asunto y oigan a las chicas que han pasado por esta situación, primera y principalmente para que los días no nos encuentren lamentando a otra víctima inocente, pero también, y muy importante, para que las jóvenes de la ciudad puedan ejercer su derecho a transitar por la vía pública sin recibir acoso de ningún tipo de parte de nadie y sin sentir miedo.
