Un ejemplo de ello es el general de división retirado Carlos Alberto Martínez, ex jefe de Inteligencia del Ejército durante los primeros dos años de la última dictadura. La justicia lo juzga por nada menos que 1.194 víctimas durante su estadía en el poder.

Esta sindicado como “el principal asesor del comandante general del Ejército”: el reo Jorge Rafael Videla. Bajo la Doctrina de Seguridad Nacional desarrollo la estrategia de exterminio bajo el rótulo de la “lucha antisubversiva.

Este ex-militar tiene 84 años y vive en San Miguel (hoy con arresto domiciliario). En su raid de muerte fue  titular de la Jefatura II de Inteligencia del Ejército (24 de marzo de 1976 y el 23 de enero de 1978), y luego jefe de la Secretaría de Informaciones del Estado, la SIDE (Cargo que volverá a ocupar durante el menemismo). Tenía a su cargo los centros clandestinos Banco, Atlético, Olimpo, Vesubio, Superintendencia de Coordinación Federal, Garaje Azopardo, Automotores Orletti, Sheraton, entre otros.

Se lo juzga por 1194 privaciones ilegales de la libertad, 696 tormentos (en tres casos seguidos de muerte) y 151 homicidios.

Su casa en España 865 (San Miguel) en su propiedad se encotraron directivas del funcionamiento de los órganos de inteligencia, un balance de gestión titulado “Experiencias y enseñanzas recogidas en la lucha contra la subversión”, y un cuestionario respondido a máquina en el que Martínez explica que el Batallón 601, que dependía de la Jefatura II a su cargo, le brindaba “apoyo técnico de interrogadores” al Primer Cuerpo de Ejército. Se trataba de “personal adiestrado en técnicas de interrogatorio y con un profundo conocimiento sobre la organización a la que perteneciera el detenido”, puntualizó.

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