APCS-MA. La empresa Ford en los años 70 fue algo mas que una inocente productora de autos. Los relatos de varios ex delegados lo muestran como el lugar donde directivos y, hasta algún gremialista, apuntaban a trabajadores que después eran torturados y desaparecían.
Es así que 25 operarios de la empresa automotriz fueron detenidos y sufrieron tormentos posteriormente al golpe de Estado de 1976. Es por ello que la jueza Alicia Vence, del juzgado federal de San Martín solicitó la declaración indagatoria a los civiles que integraban el directorio de la empresa, se los acusa del delito de participación necesaria en la privación ilegitima de la libertad y tomentos que sufrieron los empleados de la compañía.
Los citados son: Nicolás Enrique Julián Courard, presidente y representante legal de la compañía Ford Motor Argentina Sociedad Anónima en 1976; Pedro Müller, gerente de manufactura en 1976; Guillermo Galarraga, gerente de relaciones industriales en 1976 y Héctor Francisco Sibilla, jefe de seguridad en 1976.
Todos ellos son denunciados en el marco de la Causa Campo de Mayo, ya que pertenecieron a la Zona 4. La causa fue iniciada por el fiscal Félix Crous contra Santiago Omar Riveros, comandante del Cuerpo IV de Ejército en 1976, por la privación ilegítima de la libertad de Pedro Troiani, sindicalista en la empresa Ford durante 1976, entre otros trabajadores de la firma. El caso Riveros, el amo y señor de la vida dentro de los CCD, se encuentra en la instancia de juicio oral y público.
Esta causa es importante porque demuestra la complicidad civil y el papel de las trasnacionales durante la dictadura. Felix Crous calificó las detenciones ilegales como parte del «terrorismo de Estado» confirmando la complicidad de la empresa Ford en las desapariciones como parte integral de un plan de exterminio.
